La risa

 ¿La distancia más chica entre dos corazones?
 La risa.
 Irreprimible, espontánea, atrevida, estimulante. Negra, ácida, insólita, cruda. Contagiosa, cálida, solidaria, sanadora. Infantil, veraz, juguetona, abierta.
 Te digo que lo único por lo que vale la pena algo de todo esto, es la risa. Somos animales racionales, ¿cierto? Y eso es más una condena que otra cosa, ¿cierto? Sin embargo, sabemos reír. Inventamos mil formas de hacerlo, algunas más sofisticadas que otras, pero siempre que sea sincera será valiosa. La risa acerca porque relaja, porque aliviana la tensión de estar tan encerrados en el contratiempo y en este trámite de vivir. Nos juntamos para reírnos, nos perdonamos sonriendo, nos enamoramos con el sentido del humor, nos infundimos coraje a carcajadas.
 Te digo que pese a la malaria, las canas teñidas, las piernas frígidas, hay risas escondidas en toda esta podredumbre y no dan más de esperar. Se comen las uñas, se dan de cabeza contra la fatiga, se preguntan unas a otras en qué momento murió ese asombro que les abría tantas puertas, se acalambran de tan quietas y encajonadas, se vencen.
 Te digo que salgamos y ayudemos, que tanto no cuesta dejar de tener
miedo.

No hay comentarios: