Estrépito de larga madrugada

Tras el cataclipse de las cúpulas
del blanco al negro la cama rechina
y el olor a azar de las sincerigracias
que se enlazan, revolean, arborizan,
tiñe un íntimo espacio de magia
que el sudor protagoniza.

Tras el cataclipse de las cúpulas
los poros reciben ardiendo en la ventana
el ineludible pucho que corona
estrépito de larga madrugada
¿y qué si alrededor se desmoronan
balcones, gárgolas, vigas, fachadas?

Tras el cataclipse de las cúpulas
un día de trámites
rojo semáforo, tanto teléfono,
otros somníferos, tren subterráneo,
faltas de códigos, algún que otro escándalo...
son puros versos.

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